En la juventud y primera adolescencia
cualquier manifestación de homosexualidad (percepción, conducta, atracción o
discordancia sexo genérica) aumenta hasta en veinte veces el peligro de
suicidio o conductas autodestructivas. Solamente una poderosa homofobia
enquistada en las instituciones de educación y prevención puede explicar que no
se estén tomando medidas para contrarrestar esta realidad.
Desde el siglo XIX se sostuvo que el
suicidio era un peligro más grande para los jóvenes con algún rasgo homosexual
que para la población general. Karl Ultrices lo atribuyó a la persecución; John
Addington Simones, al chantaje; Havelock Ellis simplemente anotó el hecho. La
idea se confirmó con el estudio de 1972 de Del Martin y Phyllis Lyon, en
lesbianas jóvenes, y el de 1978 de Bell y Wiener. En 1993 Garland y Zigler
afirmaron que la depresión y el suicidio eran de dos a tres veces más comunes
entre homosexuales que entre heterosexuales.
La idea contraria (que la existencia de
una mayor proporción de suicidios en gay y lesbianas jóvenes es una creencia
sin fundamento) fue refutada por las investigaciones de Christopher Bailey y
Pierre Tremble, de la Universidad de Calgary, Canadá. A partir de ellos ya no
es posible dudar que la orientación sexual es un factor obrante en el
comportamiento suicida o autodestructivo de los adolescentes. Las causas
principales son soledad, aislamiento
social, desesperanza, depresión, miedo al rechazo, falta de apoyo
familiar, baja autoestima, baja autoconfianza, baja auto aceptación,
y heterosexismo social
(denigración constante de la vida de los homosexuales).
·
LA ADOLESCENCIA DEL HOMOSEXUAL
Para los homosexuales, la adolescencia
es un período más difícil que para el común de los jóvenes: temen la h
hostilidad o incomprensión de los suyos. Se recela de la familia; la escuela no
es muy amigable; y en una época donde los amigos cumplen un papel central, gas
ya y lesbianas no pueden confiar sus secretos en la gente de su edad. Los
pensamientos suicidas, los intentos de suicidio y las conductas de auto daño,
que son endémicas en la juventud en general, en la juventud homosexual y
bisexual son más frecuentes.
Ninguno de los ámbitos de contención de
la juventud (familia, escuela, clubes, e incluso organizaciones de prevención e
intervención en problemas juveniles) está preparado para enfrentar esta
dimensión del problema. El componente homosexual, factor decisivo en este
agravamiento de las condiciones que amenazan a la juventud, suele pasarse por
alto al estudiar el suicidio adolescente; pero hasta s era percibido por otros
como homosexual aumenta el peligro de suicidio, por el trato que se recibe de
otros adolescentes.
Investigaciones escolares
especializadas ( Louth Rick Beaver
Sirves Surveillance: YRBSS, Vigilancia de Encuestas de
Comportamiento Juvenil de Riesgo) de la última década en Massachusetts,
Connecticut, Wisconsin, Oregón y Seattle determinaron que en uno de cada cuatro
adolescentes hospitalizados por intento de suicidio hay un factor homosexual,
que coincide con índices más altos de intento de suicidio, victimización en
violencia escolar, abuso de drogas y alcohol, actividad sexual temprana,
desórdenes de alimentación y embarazo adolescente.
Este componente, en cualquier
manifestación, integra las historias de vida del 26% de los jóvenes que se
hacen daño a sí mismos, y del 62,5% de los que intentan suicidarse.
Los resultados comparados de los
diversos estudios indican que, a l llegar a los veinte años, el 1,1% de los
jóvenes heterosexuales en Norteamérica (Canadá y EEUU) intentan el suicidio.
Entre los jóvenes con componente homosexual, el porcentaje sube al 22%. La
situación es peor si el joven vive en los guetos gay (con índices del 20% al 50%), pero es también
muy alto fuera de ellos: 6.1%.
El incremento del riesgo de suicidio se
extiende a otras regiones y sistemas de vida: en Nueva Zelandia e Irlanda se
alcanza el 32%; en Noruega, al 25%.
·
EL SEXO CON ADULTOS
La relación sexual entre hombres
adultos y adolescentes (que muchas veces buscan esa relación) agrava los
riesgos, sobre todo si el joven abandona el hogar familiar.
·
EL ABUSO SEXUAL
Una variante del mito del reclutamiento
afirma que el niño sexualmente abusado se vuelve homosexual. En muchos jóvenes
gay que intentan el suicidio, el abuso no es un factor aislado. Sí lo son ser
afeminado y auto percibirse como homosexual.
·
PREVENCION DE RIESGO EN ADOLESCENCIA
La sociedad general se resiste a
admitir que la homosexualidad, manifestada como bisexualidad, disconformidad
genérica u homosexualidad excluyente, está presente desde muy temprano en la
vida.
La adolescencia deja heridas síquicas
en muchos gay y lesbianas. La familia, la escuela, los amigos y el club pueden
volvérseles lugares hostiles. Prevenir conductas de riesgo en adolescentes
involucra trabajar con sus padres y el entorno: rara vez un adolescente se
siente bien si su familia no le acepta o si es rechazado por sus pares.
·
LA SOCIEDAD DEBE COBRAR CONCIENCIA
Padres, maestros y adultos en general
deben cobrar conciencia de que la homosexualidad es involuntaria. Incluso
aquellos a quienes más les disgusta la homosexualidad deben cooperar en este
esfuerzo por salvar jóvenes.
Los padres deben saber que esta
posibilidad existe; muchos ignoran la homosexualidad del hijo o la hija por
desatención, inadvertencia, negación o la capacidad de mímesis de las personas
con este componente. Los maestros tendrán que prepararse para dar su apoyo en
ayudar a los jóvenes con esta orientación; y para esto será necesario que los
padres hayan cobrado conciencia y los apoyen.
Y las personas y organizaciones gay deberán superar sus comprensibles
dificultades para acercarse a la sociedad heterosexual y asumir como propio el
problema de los adolescentes. Mucho trabajo tienen los adultos gay, lesbianas y
transgénicos con sus propias vidas; pero las de quienes están creciendo
igualmente reclaman atención.
Por eso es muy importante investigar acerca de la homosexualidad antes de hablar del tema
porque es un problema muy delicado ya que en él se presentan muchos cambios en
la vida de la persona que lo presenta.