viernes, 17 de octubre de 2014

¿SE PUEDE CURAR LA HOMOSEXUALIDAD?


¿SE PUEDE CURAR LA HOMOSEXUALIDAD?

Mucha gente no sabe que la génesis psíquica de esta condición sexual carece en absoluto de misterio y que su terapia es posible. El método que he utilizado consta de dos partes: la primera consiste en hacer adquirir al interesado una visión clara de la propia identidad y de su propio mundo afectivo; la segunda, en afrontar esa situación. Llevamos a las personas a reírse de sí mismas (el humorismo puede ser muy saludable) y a la adquisición de hábitos positivos: valentía, honestidad consigo mismo, autodisciplina, capacidad de amar a los demás; así, hasta lograr que el homosexual pierda sus hábitos neutro infantiles.
Es esencial neutralizar el auto conmiseración crónica. Es obligado decir que:
- En un treinta por ciento de los casos, la curación es completa: acaban desarrollando actitudes y hábitos sexuales normales y afectivos y una vida emotiva adulta. Por supuesto, una curación sólo sexual no sería una curación completa.
- Otro treinta por ciento de personas cambia más o menos gradualmente, pierde sus obsesiones homosexuales y asume una actitud emotiva nueva, aunque no lo suficiente para poder hablar de curación completa.
- Hay otros que progresan con extremada lentitud por su estado neurótico grave, pero también éstos, si son ayudados por una asistencia y un tratamiento constructivos, adquieren fuerza y coraje y poco a poco van perdiendo sus depresiones, nerviosismos y ansiedades.

Como ya hemos visto la homosexualidad es un tema bastante extenso en el cual dentro de él se presentan grandes cambios tanto en el desarrollo de la persona que la padece, tanto en la familia que lo  representa como un problema que trae muchas separaciones y consecuencias dentro de la sociedad. Por eso debemos de afrontar y enfrentar los problemas que a lo largo de la vida se nos presentan dándoles solución de una manera formal y profesional buscándole siempre las mejores soluciones sin tener que crear tanto alboroto al momento de solucionarlos, pero para ello tenemos que buscar ayuda y escuchar los consejos que a veces nosotros las personas por tercos nunca ponemos atención a muchas palabras sabias y llenas de sabidurías que nos llevan a cosas buenas, más sin embargo hacemos caso a las malas que nos llevan a hacer cosas indebidas que como humanos no debemos de hacerlas por eso les recomiendo leamos mucho, de libros e investiguemos de temas que son de mucha importancia para el desarrollo de nuestro conocimiento y aprendizaje a lo largo de la vida.

TERAPIA DE HORIENTACION SEXUAL Y EX GAY


TERAPIA DE HORIENTACION SEXUAL Y EX GAY

La terapia de reorientación sexual es un método terapéutico de intervenciones sociales en el que se pretende alterar la orientación sexual de un individuo, regularmente aquellas minorías sexuales para que empaten con la orientación sexual heterosexual. Las terapias suelen registrar una aparente efectividad que, en realidad, no altera la orientación sexual del individuo, sino que sólo la suprime bajo la motivación personal alimentada con el deseo de la integración social o la identificación religiosa.  La terapia de reorientación sexual es desaprobada por organizaciones como:

American Psicológica Asociación, American Psychiatric Asociación, American Psicoanalíticas Asociación, American Academia of Pediátricas, American Consuelan Asociación, Nacional asociación of Social Works, American col Consuelo Asociación y Canadian Psicológica Asociación. Estas organizaciones aseguran que la terapia de reorientación sexual no es efectiva o puede ser psicológicamente impactante o disforia para el individuo, además de que puede atentar contra los derechos y libertades de la expresión sexual.


EL PROBLEMA DEL SUICIDIO EN LA ADOLESCENCIA HOMOSEXUAL



En la juventud y primera adolescencia cualquier manifestación de homosexualidad (percepción, conducta, atracción o discordancia sexo genérica) aumenta hasta en veinte veces el peligro de suicidio o conductas autodestructivas. Solamente una poderosa homofobia enquistada en las instituciones de educación y prevención puede explicar que no se estén tomando medidas para contrarrestar esta realidad.

Desde el siglo XIX se sostuvo que el suicidio era un peligro más grande para los jóvenes con algún rasgo homosexual que para la población general. Karl Ultrices lo atribuyó a la persecución; John Addington Simones, al chantaje; Havelock Ellis simplemente anotó el hecho. La idea se confirmó con el estudio de 1972 de Del Martin y Phyllis Lyon, en lesbianas jóvenes, y el de 1978 de Bell y Wiener. En 1993 Garland y Zigler afirmaron que la depresión y el suicidio eran de dos a tres veces más comunes entre homosexuales que entre heterosexuales.

La idea contraria (que la existencia de una mayor proporción de suicidios en gay y lesbianas jóvenes es una creencia sin fundamento) fue refutada por las investigaciones de Christopher Bailey y Pierre Tremble, de la Universidad de Calgary, Canadá. A partir de ellos ya no es posible dudar que la orientación sexual es un factor obrante en el comportamiento suicida o autodestructivo de los adolescentes. Las causas principales son soledad, aislamiento social, desesperanza, depresión, miedo al rechazo, falta de apoyo familiar, baja autoestima, baja autoconfianza, baja auto aceptación, y heterosexismo social (denigración constante de la vida de los homosexuales).

·         LA ADOLESCENCIA DEL HOMOSEXUAL

Para los homosexuales, la adolescencia es un período más difícil que para el común de los jóvenes: temen la h hostilidad o incomprensión de los suyos. Se recela de la familia; la escuela no es muy amigable; y en una época donde los amigos cumplen un papel central, gas ya y lesbianas no pueden confiar sus secretos en la gente de su edad. Los pensamientos suicidas, los intentos de suicidio y las conductas de auto daño, que son endémicas en la juventud en general, en la juventud homosexual y bisexual son más frecuentes.

Ninguno de los ámbitos de contención de la juventud (familia, escuela, clubes, e incluso organizaciones de prevención e intervención en problemas juveniles) está preparado para enfrentar esta dimensión del problema. El componente homosexual, factor decisivo en este agravamiento de las condiciones que amenazan a la juventud, suele pasarse por alto al estudiar el suicidio adolescente; pero hasta s era percibido por otros como homosexual aumenta el peligro de suicidio, por el trato que se recibe de otros adolescentes.

Investigaciones escolares especializadas ( Louth Rick Beaver Sirves Surveillance: YRBSS, Vigilancia de Encuestas de Comportamiento Juvenil de Riesgo) de la última década en Massachusetts, Connecticut, Wisconsin, Oregón y Seattle determinaron que en uno de cada cuatro adolescentes hospitalizados por intento de suicidio hay un factor homosexual, que coincide con índices más altos de intento de suicidio, victimización en violencia escolar, abuso de drogas y alcohol, actividad sexual temprana, desórdenes de alimentación y embarazo adolescente.

Este componente, en cualquier manifestación, integra las historias de vida del 26% de los jóvenes que se hacen daño a sí mismos, y del 62,5% de los que intentan suicidarse.

Los resultados comparados de los diversos estudios indican que, a l llegar a los veinte años, el 1,1% de los jóvenes heterosexuales en Norteamérica (Canadá y EEUU) intentan el suicidio. Entre los jóvenes con componente homosexual, el porcentaje sube al 22%. La situación es peor si el joven vive en los guetos gay (con índices del 20% al 50%), pero es también muy alto fuera de ellos: 6.1%.

El incremento del riesgo de suicidio se extiende a otras regiones y sistemas de vida: en Nueva Zelandia e Irlanda se alcanza el 32%; en Noruega, al 25%.

·         EL SEXO CON ADULTOS

La relación sexual entre hombres adultos y adolescentes (que muchas veces buscan esa relación) agrava los riesgos, sobre todo si el joven abandona el hogar familiar.

·         EL ABUSO SEXUAL

Una variante del mito del reclutamiento afirma que el niño sexualmente abusado se vuelve homosexual. En muchos jóvenes gay que intentan el suicidio, el abuso no es un factor aislado. Sí lo son ser afeminado y auto percibirse como homosexual.

·         PREVENCION DE RIESGO EN ADOLESCENCIA

La sociedad general se resiste a admitir que la homosexualidad, manifestada como bisexualidad, disconformidad genérica u homosexualidad excluyente, está presente desde muy temprano en la vida.

La adolescencia deja heridas síquicas en muchos gay y lesbianas. La familia, la escuela, los amigos y el club pueden volvérseles lugares hostiles. Prevenir conductas de riesgo en adolescentes involucra trabajar con sus padres y el entorno: rara vez un adolescente se siente bien si su familia no le acepta o si es rechazado por sus pares.

·         LA SOCIEDAD DEBE COBRAR CONCIENCIA

Padres, maestros y adultos en general deben cobrar conciencia de que la homosexualidad es involuntaria. Incluso aquellos a quienes más les disgusta la homosexualidad deben cooperar en este esfuerzo por salvar jóvenes.

Los padres deben saber que esta posibilidad existe; muchos ignoran la homosexualidad del hijo o la hija por desatención, inadvertencia, negación o la capacidad de mímesis de las personas con este componente. Los maestros tendrán que prepararse para dar su apoyo en ayudar a los jóvenes con esta orientación; y para esto será necesario que los padres hayan cobrado conciencia y los apoyen.

Y las personas y organizaciones gay deberán superar sus comprensibles dificultades para acercarse a la sociedad heterosexual y asumir como propio el problema de los adolescentes. Mucho trabajo tienen los adultos gay, lesbianas y transgénicos con sus propias vidas; pero las de quienes están creciendo igualmente reclaman atención.

Por eso es muy importante investigar acerca  de la homosexualidad antes de hablar del tema porque es un problema muy delicado ya que en él se presentan muchos cambios en la vida de la persona que lo presenta.

Familia monoparental, Homoparentalidad, Complejo de Edipo y Complejo de Electra.


Familia monoparental, Homoparentalidad, Complejo de Edipo y Complejo de Electra.

En las nociones no contemporáneas de la orientación sexual se presupone, según la noción popular, que la heterosexualidad es una orientación sexual predominante que es producto de la correcta crianza del infante, la cual puede ser alterada por distintos factores. Suelen identificarse distintas creencias populares que referían al origen de la homosexualidad, entre las que se ubica la homosexualidad como producto de un contagio social, como producto de una familia no convencional o como producto de traumas psicológicos. La mayoría de estas teorías suelen ser rechazadas ya que son irrelevantes en la determinación de la orientación sexual.

En la determinación de la orientación sexual según el ambiente familiar, se establecen distintas teorías. La teoría de la heterosexualidad como producto de un ambiente familiar sano es rechazada, debido a la probabilidad poblacional de otro tipo de orientaciones sexuales se presenten en ambientes familiares sanos y ambientes familiares poco sanos. Este modelo se presume equivocadamente de acuerdo a que el ambiente familiar sano (formado, según la noción tradicional, por la familia nuclear que se compone de una pareja heterosexual) es propicio para el desarrollo de infantes sanos, ya que este modelo considera a otras orientaciones sexuales, ajenas a la heterosexualidad, como desórdenes mentales ocasionados por la interacción familiar particular.
Del modelo anterior se desprende la teoría de la monoparental dad y la   como determinantes en la conformación de la orientación sexual de un infante. Tanto la monoparental dad, como la homo paren talidad, no presentan ningún efecto en la orientación sexual del infante, por lo que no son determinantes en el estudio de la orientación sexual. En la visión ética contemporánea sobre la adopción por parte de personas LGBT, se asegura que las estructuras familiar conformadas por LGBT son igualmente funcionales que la familia tradicional heterosexual,
por lo que se asegura una neutralidad en el tema, de acuerdo a organismo oficiales como la American Psicológica Asociación y la American Psychiatric Asociación.
La teoría del abuso sexual como determinante en la homosexualidad se entiende con una visión abstracta de la violación sexual masculino-masculina. El que perpetra la violación puede negar su homosexualidad en una forma confusa de agresividad que se cristaliza en acciones maquilladas de comportamientos híper masculinas, proyectando posiblemente, deseos homosexuales en su víctima. En una recapitulación de la violación, la víctima puede experimentar pérdida temporal de control, acompañada de miedo constante y frecuentes cuestionamientos sobre su verdadera identidad sexual u orientación sexual. A pesar del modelo anterior, la orientación de los participantes se encuentra establecida desde un principio, por lo que la violación sexual no es relevante en la determinación de la orientación sexual en ambos involucrados.

 

Punto de vista psicológico de la homosexualidad, Psicoanálisis y Desarrollo psicosexual.


Punto de vista psicológico de la homosexualidad, Psicoanálisis y Desarrollo psicosexual.

Las teorías freudianas de la sexualidad suelen resultar relevantes en la explicación tradicional, no médica, del comportamiento sexual humano. Sigmund Freud creía que toda acción humana era inconscientemente motivada por un impulso sexual al que denominaba lívido, evento producido por una transformación analógica de energía del impulso sexual. En la teoría del psicoanálisis de establecer que dichos impulsos son reprimidos, de tal manera que encuentran una manera inconsciente de manifestarse según la cultura que rodea al individuo. Las posturas de Freud representaron una revolución sexual a la moral victoriana que ocultaba la sexualidad humana, contradiciéndola con las posturas de que todo comportamiento lleva un componente sexual en la teoría de la libido y que los infantes son completamente sexuales, proponiendo además, un modelo que sugería la conformación del deseo sexual infantil en la teoría del desarrollo psicosexual.

Freud consiguió diversas teorías del comportamiento sexual ajeno al heterosexual debido a los estudios de sexología anteriores de Richard von Krafft-Ebing y Magnus Hirschfeld. En una crítica al trabajo del endocrinólogo Eugene Steinach, el cual consistió en el trasplante de los testículos de un hombre homosexual en un hombre heterosexual en un intento por convertir al hombre heterosexual en homosexual, Freud aseguró que el trabajo de Steinach fue relevante en las determinaciones orgánicas del homo erotismo. En este sentido, Freud consideraba que el experimento de Steinach era prematuro y que hubiera sido efectivo en alterar la orientación sexual de una persona sólo en casos en que la homosexualidad estuviera fuertemente asociada con características físicas típicas del sexo contrario. El experimento de Steinach era improbable debido a la respuesta inmune de ambos pacientes y a la imposibilidad de la homosexualidad como producto orgánico de las gónadas.

Entre los artículos de Freud sobre el tema están Tres Ensayos Sobre la Teoría de la Sexualidad (1905) y Algunos Mecanismos Neuróticos sobre Celos, Paranoia y Homosexualidad (1922). Freud consideraba que los humanos nacían con una predisposición natural a la bisexualidad, la cual se convertía en heterosexualidad u homosexualidad de acuerdo a las asimilaciones psicológicas del objeto sexual en la novela familiar del sujeto. La creencia de Freud sobre la bisexualidad inicial se debe a la noción clínica victoriana de que los infantes integraban los dos géneros en su cuerpo debido a la nula manifestación del dimorfismo sexual hasta la etapa de la pubertad. Freud menciona que ciertos casos de homosexualidad se deben a la disforia en la experiencia heterosexual, provocando una inversión del lívido en su objeto sexual.

La homosexualidad femenina según la perspectiva de Freud fue analizada en el ensayo La Psicogénesis de un Caso de Homosexualidad en una Mujer (1920), en donde describe el caso de una mujer joven que es sometida al psicoanálisis por sus padres, en espera de que alguno de estos métodos la "curara" del lesbianismo.

En el ensayo, Freud plasma sus consideraciones de que la homosexualidad no era una enfermedad o un problema neurótico y que la terapia no presentaba ningún tipo de resultado exitoso, decía que intentar transformar un homosexual en heterosexual, era tan imposible como intentar transformar un heterosexual en homosexual.
En la tradición psicoanalítica de la escuela freudiana (seguidores académicos de las teorías propuestas por Freud) se establece la homosexualidad como un producto de diversos eventos que sufre un individuo en las etapas del desarrollo psicosexual, en donde no ocurre una madurez heterosexual debido a una repercusión en alguna de estas etapas. La escuela freudiana rastrea un origen de la homosexualidad en la etapa fálica y las relaciones idílicas con los progenitores, en el que el individuo se identificará con la identidad parental del género opuesto y adquirirá la preferencia sexual de dicha identidad (Ejemplo: un varón que se identifica con su madre, desarrollará la preferencia androfóbica que éste observa en su madre), no logrando así, la madurez heterosexual.
 
 
 

EFECTO DEL ORDEN DE NACIMIENTO DE LOS HERMANOS


EFECTO DEL ORDEN DE NACIMIENTO DE LOS HERMANOS


La teoría del efecto del orden de nacimiento de los hermanos es una teoría propuesta por el sexólogo Rey Lanchar, la cual establece el origen de la orientación sexual homosexual en masculinos debido a la intervención de diversos procesos hormonales desencadenados por la entidad materna en la etapa de gestación.
La teoría establece que de una serie de nacimientos masculinos anteriores, aumenta la posibilidad de homosexualidad en nacimientos masculinos posteriores, es decir, a medida que la taza de orden de nacimiento de varones en nacimientos exitosos aumenta, la probabilidad de que un feto masculino posterior presente homosexualidad aumenta.
La teoría es simplemente identificada como el efecto del orden de nacimiento de los hermanos debido a la relación entre los hermanos mayores masculinos heterosexuales y su relación con la determinación biológica del hermano masculino menor homosexual.
Lanchar estableció en 2004 que este efecto de homosexualidad predeterminada por el nacimiento de hermanos mayores se debía a la hipótesis de la inmutad materna, la cual sugiere que a medida que la identidad materna consigue embarazos masculinos exitosos, experimentará una inmunización progresiva hacia los antígenos (testosterona) que desencadenarán la mono secularización del feto. Esta inmunización lograda después de cada embarazo masculino desarrollará en el sistema inmunitario materno, anticuerpos anti-masculinos que retendrán un porcentaje de la testosterona que necesita el feto para desarrollar la mono secularización y la diferenciación cerebral di mórfica, por lo que en caso de ser un nuevo masculino, experimentará una "feminización cerebral" in útero que se manifestará en la orientación sexual homosexual.
Lanchar sugirió en el año 2008 que cada embarazo masculino exitoso produciría un 33% de mayores probabilidades de que el último nacimiento masculino sea homosexual, sin embargo, la existencia de embarazos femeninos exitosos en el historial reproductivo de la figura materna reduce dicha probabilidad. La hermandad atribuida a diferentes identidades maternas no tiene efectos en la orientación sexual, es decir, la existencia de hermanos de distintas madres en un mismo entorno familiar no es influyente en la determinación de la homosexualidad.
 
 

 

EL ORIGEN DE LA HOMOSEXUALIDAD


EL ORIGEN DE LA HOMOSEXUALIDAD

En 1973 la homosexualidad y la bisexualidad fueron retiradas del manual diagnóstico y estadístico de enfermedades mentales. Desde entonces la comunidad científica se ha afanado en averiguar qué es y qué determina la orientación sexual.

La asociación americana de psiquiatría define la orientación sexual como la atracción romántica, emocional o sexual de una persona hacia otra. Si esa persona es del sexo contrario se dice que es heterosexual, si es del mismo sexo se dice que es homosexual y si esa persona cae en el espectro continuo de atracción tanto a hombres como a mujeres se dice que es bisexual.

Como nos recuerda esa asociación la orientación sexual no sólo se refiere al comportamiento sexual sino también a los sentimientos y a la identidad. Esto significa que acostarse con alguien de tu mismo sexo no te hace homosexual, como es obvio.

Pero ¿esto es normal? ¿Es una enfermedad? y si no ¿qué es? Una enfermedad es un proceso que altera la salud. La salud es un estado de bienestar físico, psíquico y social.

Respecto al bienestar físico, la homosexualidad, de forma intrínseca, no está relacionada con ninguna enfermedad (recordemos que la transmisión del VIH se mantiene, actualmente, por relaciones heterosexuales).

Respecto a lo psíquico hay más que decir. La decisión de dejar de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental se basó en que es imposible diferenciar la orientación sexual de una persona si no le preguntas directamente, no hay ningún tipo de test o prueba, ninguna entrevista clínica ni valor epidemiológico observacional que permita adivinarlo. La comunidad LGBT no tiene mayor porcentaje de enfermedad mental, suicidios, etc. que ninguna otra minoría discriminada. Es decir, de acuerdo con la sociedad americana de psiquiatría la homofobia causa los suicidios en los jóvenes homosexuales. Como vemos, ser homosexual no implica ni más ni menos infelicidad, ni más ni menos esquizofrenia, ni más ni menos suicidio que ser heterosexual (si lo ajustamos al estrés de las minorías).

¿Ser homosexual te permite tener bienestar social? Perfectamente, si tenemos en cuenta que esta parte de la definición no se refiere a la sociedad en general si no a la capacidad de desarrollarse en tu entorno y de relacionarse con los demás. Todos conocemos ejemplos de esto.

Por lo tanto, podemos concluir que, si no fuera por el sesgo anti homosexual, ser o no homosexual no supone una variación de tu calidad de vida (definición corta de salud). ¿Es la homosexualidad un trastorno? La respuesta es no, para ejemplificarlo podemos pensar en un trastorno de la coagulación, la hemofilia.

. El trastorno sería el grupo que engloba varias enfermedades. Los trastornos de identidad de género desaparecieron del mapa de las enfermedades mentales junto con la homosexualidad en el 1973.


En 1973 era imposible conocer la identidad sexual de las personas pero, ¿y ahora? Con las técnicas modernas se puede comenzar a intuir algo. Hacen falta muchos estudios y nada es definitivo pero lo que sí se puede afirmar es que el tamaño de ciertas áreas cerebrales es, de media, diferente entre varones heterosexuales y homosexuales. No es casualidad que estas áreas sean las que regulan el comportamiento sexual de los animales. Estas diferencias se encuentran también entre los hombres y las mujeres heterosexuales de forma normal, pero en este caso un varón homosexual tendría esas áreas cerebrales de un tamaño intermedio entre hombre y mujer. Este dato parece muy revelador y ha sido interpretado de muchas maneras, pero, en realidad, no significa nada. No es más que la media estadística habiendo sujetos que se salen de la media en todos los campos.

La gran cuestión viene cuando pensamos en qué fue primero ¿el huevo o la gallina? ¿El cerebro se forma de manera distinta y hace a las personas homosexuales o es el comportamiento homosexual lo que cambia la forma del cerebro? Lo que está claro es que no es una opción.

Hay muchos argumentos a favor de que la homosexualidad sea algo adquirido, que se desarrolle en la infancia, el más famoso es el efecto del orden de nacimiento, este efecto se basa en que cuanto mayor sea el número de hermanos mayores varones que tenga un varón, mayor es la probabilidad de que sea homosexual, esta situación se da en el 14% de los casos, pero no explica a las mujeres homosexuales. Además el número de hermanas no influye en la sexualidad.

Este efecto no está libre de controversia ya que tiene una evidencia débil, los críticos afirman que va en correlación con una diferente socialización que sería la responsable  y no tanto los hermanos en sí. También hay estudios que afirman que este efecto se mantiene independientemente de si los hermanos son separados y adoptados por diferentes familias.

La teoría de que la homosexualidad es genética está completamente descartada, principalmente porque son las parejas heterosexuales las que tienen hijos, pero también por los gemelos. Dos gemelos no tiene porqué compartir su identidad sexual sin embargo, si uno de ellos es homosexual es más probable que el otro también lo sea (hasta el 50%), además en el caso de los mellizos es hasta un 20% más probable que si uno es homosexual, el otro también lo sea. Aunque gran parte de la controversia se basa en que los gemelos tienen un entorno similar durante la infancia. Si un varón es homosexual su hermano varón tiene una probabilidad mayor que el resto de población de ser también homosexual pero no tan alta como en el caso de gemelos.

Las últimas teorías respecto a la influencia ambiental sobre la génesis de la homosexualidad recogen un poco todo lo anterior y se van un paso más allá afirmando que un predictor de homosexualidad es la disconformidad de género, es decir, que los niños que no aceptan el rol social aceptado para su género es más probable que acaben siendo homosexuales. Todos hemos visto al típico niño que juega con muñecas y a la niña que le van los deportes. Esto se aprecia muy bien en mellizos de distinto género cuyos padres prefieren a uno de los géneros. En estos casos suelen tratar a uno de su sexo y al otro unisex, que además acaba jugando con su hermano o hermana.

Una tercera hipótesis ha sido propuesta, la exigentica, que no viene a ser otra cosa que la mezcla de ambas. La exigentica se encarga de estudiar aquellos factores no genéticos (pero que se pueden heredar y se heredan) que intervienen en la expresión de los genes y el desarrollo de los individuos. Esta teoría viene a decir que hay una serie de marcas en el ADN que regulan la sensibilidad a la testosterona que es una hormona sexual implicada en el desarrollo y que explicaré más adelante.


Al final tenemos un maremágnum de opciones y posibilidades y todas parecen apuntar hacia lo mismo, el rol de género. La convención social de que los varones tienen que comportarse de una forma y las mujeres de otra, al alterarse, produce variaciones de la norma respecto a la identidad sexual. Parece pero ¿es así? La respuesta es un rotundo no. Es mucho más probable (no está 100% definido) que sean alteraciones prenatales las que condicionen esto.
Para entender la influencia del ambiente lo mejor es remitir al famoso (y controvertido) estudio Kinsey, que creó la idea de que todos somos bisexuales. Esta idea ha sido validada posteriormente, entre otros, por la asociación americana de psicología en lo que ha bautizado como el continuo de la identidad sexual. No sé vosotros, pero lo que ahora voy a explicar cambió por completo el concepto de la sexualidad humana que yo tenía. Resulta que los seres humanos nos movemos en una escala continua entre 100% heterosexual y 100% homosexual, y como todas las escalas los extremos son una minoría muy reducida quedando la mayoría de la población entre medias.
 

Queda entonces establecido que todos podemos tener relaciones sexuales y románticas con cualquier género humano independientemente de nuestra condición, quedando ésta relegada a una característica establecida de forma arbitraria. ¿Qué quiere decir eso? Que la identidad sexual no existe, son los padres. Es la sociedad la que impone una categoría que el individuo parece aceptar.